Basándose en las distinciones
sobre el aprendizaje y los cambios en los modelos mentales desarrollados por
Gregory Bateson, Fredy Kofman armó un
diagrama sobre el aprendizaje que describe el camino desde la toma de
conciencia hasta la acción.
“En primer lugar comprendemos el
entorno a través de nuestro modelo mental.
Seleccionamos automáticamente qué es relevante y creamos un cuadro de
situación. Es importante recordar que este cuadro no es una “representación
objetiva” de la realidad, sino una interpretación condicionada por nuestros
modelos mentales. […] Los datos constituyen siempre un primer nivel de
interpretación.
Al evaluar la situación,
determinamos un rango de posibles acciones. Comparamos los resultados
proyectados de esas acciones con nuestros objetivos y elegimos la acción que
tenga la mayor probabilidad de lograr los resultados que buscamos. La ejecución
de esta acción genera resultados. Si estos resultados concuerdan con nuestros
deseos, quedamos satisfechos y no experimentamos la necesidad de modificar
nuestra acción. Pero si el resultado no concuerda con nuestros deseos, sentimos
una insatisfacción que nos impulsa a cambiar. Según la dificultad para cerrar
la brecha, el aprendizaje demandará que
reconsideremos nuestras acciones, pensamientos y sentimientos a distintos
niveles de profundidad.
El aprendizaje 0, o no aprendizaje,
es una situación en la que la persona no cambia su acción a pesar de fracasar
una y otra vez. Aunque están insatisfechos prefieren dejar las cosas como
están.
El aprendizaje 1 es un proceso
simple de feedback, en el que la persona detecta y corrige el error y cambia su
respuesta específica, pero manteniéndose dentro del mismo conjunto de opciones
que tenía antes. Por ejemplo, si tengo frío prendo la calefacción o me pongo un
abrigo. El aprendizaje 1 toma la situación como dada y soluciona el problema
eligiendo una acción dentro de los parámetros preestablecidos para lograr los
objetivos predeterminados.
Cuando el aprendizaje 1 no es
suficiente para corregir el error; es necesario ir aguar arriba para considerar
la validez de nuestra interpretación”.
El aprendizaje 2, o de lazo
doble, es un cambio en la definición del problema: una modificación en el
conjunto de acciones posibles, un cambio en los objetivos y un cambio en la
forma de interpretar la situación. Este cambio abre nuevas posibilidades para
la acción más allá del rango del aprendizaje 1.
Por ejemplo, si sigo sufriendo frío a pesar de la calefacción y el
abrigo, puedo pensar en mudarme a un lugar más cálido. La opción de mudarme no
estaba antes en mi pantalla de radar; apareció al tomar distancia y considerar
la situación desde otro punto de vista.
Cuando el aprendizaje 2 resulta
inefectivo, hay otro paso posible: investigar el modelo mental que condiciona
las interpretaciones que somos capaces de construir. Se trata del aprendizaje 3 o de lazo triple.
El aprendizaje 3 es un cambio en
la forma de generar interpretaciones. Es salir del modelo mental con el que
operamos y considerar otros. Supongamos
que después de mudarme a una región más cálida sigo insatisfecho. Ahora me
molesta el calor y añoro la nieve de mis montañas natales. Me encuentro en un
dilema: si vivo en un clima templado, echo de menos el frío; si vivo en un
clima frío, echo de menos el calor. Para salir de ese dilema necesito dar un
salto cuántico y cambiar radicalmente ni enfoque de la situación”. (Fredy
Kofman, 2001: 320-322).
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